martes, 20 de mayo de 2014

Ciclo cumplido

La primera vez que manejé un auto tenía 9 años.

Diciembre 2007

1997. Todo pasó un sábado en el club en el cual algunos de los chicos nos quedábamos a dormir usualmente. Ese día había ido el Topo, un amigo de papá que no veía casi nunca, del que solo recordaba sus buenos autos. Sin ser la excepción, esta vez había concurrido en un Volvo rojo oscuro. Después de pasar todo el día echándole una mirada cada tanto, llegó la noche y era la hora de volver a Capital de los que no se quedaban a dormir.
Con el único fin de ver el auto hacer marcha atrás y girar en U para luego desaparecer al cruzar la tranquera, fui y me acerqué a los escalones de la entrada. Fue entonces, cuando estábamos despidiéndonos que el Topo preguntó por mi edad y si no quería manejar su auto. Acostumbrado a manejar siempre a las faldas de alguien, intenté saltarle encima por lo que me detuvo con un “pará, ¿qué hacés?”. Me había frenado porque él se iba a pasar del lado del acompañante y el que iba a tomar el volante junto a los pedales era yo. Me senté del lado del conductor y fui siguiendo cada uno de los pasos, “es fácil, es automático”. Se me dio la orden de tocar el freno cada una cierta cantidad de metros recorridos a la que me acaté sin dudar. El resultado fue hacer una impecable marcha atrás girando hacia la izquierda para dar una pequeña vuelta a la derecha y dejar el auto apuntando a la tranquera. Quedé bloqueado por todo el fin de semana. No podía creer que a mi pronto y corto curriculum de autos manejados sólo desde el volante podía agregar volante, pedales y caja automática.

2007. Pasaron exactamente diez años, estoy llegando al club manejando por mi cuenta y a media cuadra, desde afuera, veo el que creo es el mismo Volvo que no había visto desde esa noche del 97. Con la crisis de 2001 las ventas se tornaron escasas y la participación de la marca en el país se volvió prácticamente testimonial, por lo que se era cada vez más raro ver uno, tan solo me había quedado grabada en la retina esa silueta cuadrada típica de los autos suecos. Era la ex mujer del Topo, después de años de poquísimas visitas intermitentes en autos de mierda, el Volvo 850 Turbo 1993 volvía a estar en el mismo lugar que lo había visto por última y única vez. A media tarde junté valor, timidez intacta de por medio, solo llegué a preguntarle si podía subirme para verlo por dentro, a lo que me contestó dándome las llaves, que aprovechara y me diera una vuelta. Ahí estaba: cuadrado, noventoso, alerón sobre la tapa del baúl, un par de rayones, llantas, cuero marcado, el tablero de cinco agujas, los colores en el cuentavueltas, la palanca en forma de T, la escala, los botones esparcidos por el torpedo recto, el pedal ancho del freno, la llave, el encendido, acelerador, más colores, el sonido, una vuelta, dos vueltas, tres vueltas, cuatro vueltas. Volví a quedar bloqueado, esta vez por unos cuantos días más. Le saqué varias fotos, 10 años me repetía, 10. Soy insoportable con los datos que no sirven para nada.

Imagen interior en 2012

2008. Un mes después, volvió la ex mujer en el Volvo y me pidió que le revisara el tablero, que había una flecha roja que no sabía qué significaba. Agarré el manual, capítulo simbología del tablero, punto 7, flecha roja encendida: anomalías en la caja de cambios. Tan buen auto que te avisaba que estaba por romperse antes de hacerlo. Por el precio que costaba el arreglo, no era opción quedárselo. El auto se vendió esta vez sí, para no volverlo a ver.


2014. Hasta este punto, el texto formaba parte de una anécdota que me pidieron que escribiera para una clase de teatro hace un par de semanas. Al terminar el párrafo anterior me puse a buscar fotos del auto, porque hay un detalle que no me cierra, la insignia que decía “turbo” atrás no se correspondía con el año del modelo. No tardé demasiado en dar con una imagen que parecía corresponderse con todo lo que recordaba: era la misma unidad que manejé en el 97 en venta en una publicación de 2012 en Tigre. Llamé a mi viejo, le pedí el mail del Topo y le escribí para avisarle que había encontrado su auto. Efectivamente era el mismo. Por suerte nunca se vendió y se lo terminó regalando a un sobrino que actualmente lo tiene y cuida.

Sobre el lado derecho: "Turbo 850 glt"
El auto en venta 2012: http://tigre.zeebukargentina.com/se-vende-volvo-850-autonorte-argentina-viii-17983-vehiculos

3 comentarios:

  1. Terrible navee!!! mi viejo tenía uno verde maquinon!

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  2. Esta nota me hizo recordar mi infancia, en la cual solía ver un volvo EXACTO al del post, sólo que tenía las llantas de cinco rayos (hermosas) tipo estrella de 16" creo. Era color gris oscuro, casi negro. Siempre me llamó la atención, me encantaba el auto. Luego, el tipo lo cambió por un S80 color trigo (sería 2001, aprox.), y lo tuvo bastante. Y a la par del volvo 850, había otra familia que tenía un Saab 9000 Turbo '93 color verde inglés, con esas llantas de 3 rayos gruesos.. Qué auto!!, siempre me quedaba mirándolo al verlo pasar... Gracias por compartir la historia!!
    Saludos!

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  3. muy buena historia, pero el auto me parece un espanto!!!!

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